martes, 27 de noviembre de 2007

Imágenes y más comentarios de la Primer Dieta

Estos moto taxis son la ruidosa movilidad de la ciudad de Pucallpa que es la más importante y próxima al campamento donde realizo mi Dieta Chamánica.
Después de 2 1/2hrs. de recorrido en taxis, digamos que normales, llegamos a un pueblito minúsculo donde cogemos los botes en otro trayecto que dura unas 2 hrs. más para al fin desembarcar en Sachavacay, que así se llama el Centro Chamánico, evidentemente enclavado en el corazón de la selva.
Y al poner pie en Sachavacay, sentí como esa tierra nos recibía en su opulencia y esto denotó la tremenda generosidad de su Espíritu. Pero la grandeza también la pude ver en la sonrisa de todas las personas que nos recibieron al bajar del bote. Nos acompañaron hasta el campamento llevando parte de lo que necesitábamos por un camino que ellos mismos habían limpiado para nosotros. Y yo que creía que tendríamos que abrirnos paso a machete, todo estaba preparado para nuestra llegada.
Era la bienvenida de la selva y su gente.
Después de comer con frenesí una jugosa papaya sabiendo que iba ser la última fruta por mucho tiempo, nos encaminamos cada uno hacia su tambito, a mi casita.
Sentí la belleza de lo simple, allí iba a estar conmigo misma…
Para ser sincera, fui con la ilusión infantil de aprender los secretos de la selva, de las Plantas Maestras. Pero claro hay que ganárselo, ser merecedor de tamaño honor y privilegio.
Y así el tiempo sucedía en una cronología dispar, con lapsos de una mente atiborrada de pensamientos donde el mayor deseo es cortarte la cabeza y otros, venerados y gloriosos momentos de paz donde lo único que escuchas es el puro sonido de la Vida y tú latido siendo parte de ella.
Solo quedaba esperar el evento social que representaba cada Ceremonia, el que vivía como una Fiesta.
El “encuentro”, donde podíamos intercambiar algo de lo vivido o mirarnos a los ojos y sonreír, sin más.
En cada “Fiesta” el discjockey, o sea Diego, apostaba su mejor música y cada uno consumaba o se consumía en su danza espiritual, para renacer de sus propias cenizas y remontar en vuelo majestuoso la “victoria” de uno, con uno mismo.
Y este es el Gran Aprendizaje…

Comparto contigo algunas de las fotos que registran ésta, mi Primer Dieta!!